Herman De Kesel (†), nativo de Bélgica, fue un ejecutivo activo en negocios internacionales de Europa, América latina y Asia. Llegó a Venezuela en 1970 como Gerente General de Operaciones de la compañía International Paper, la cual se estaba asociando con Tablopan de Venezuela para iniciar un proyecto en conjunto.
Hasta 1985 Herman De Kesel ocupó distintos cargos de gerencia en el sector privado y en 1986 migra a los Estados Unidos de América.
Durante su estancia en el Sillicon Valley (zona sur del área de la Bahía de San Francisco, en el norte de California), Herman De Kesel observó algunas iniciativas de centros de informática, que estaban comenzando en los Estados Unidos y pensó que eran excelentes iniciativas para alcanzar las ideas que tenía en mente.
De Kesel, admiraba la creatividad del venezolano, por su rápido aprendizaje, consideraba a los habitantes de Venezuela como ciudadanos talentosos, laborioso, pero con ausencia de oportunidades.
Al observar las iniciativas de los países desarrollados divisó un camino para alcanzar lo que él quería, ayudar a las comunidades de escasos recursos, brindar oportunidades a los jóvenes que en ellas habitan, específicamente a las mujeres, ya que según él, las venezolanas tienen demasiadas funciones en simultáneo y había que darles oportunidades para que concentren toda esa energía y esa capacidad de organizarse en alguna actividad que les deje algo para su futuro.
“Quiero retribuirle a Venezuela lo que Venezuela me dio y lo quiero hacer ayudando a las comunidades de escasos recursos”, fue la premisa de Herman De Kesel, fundador de Superatec, su idea era crear centros de formación tecnológica para capacitar a jóvenes y mujeres de sectores populares en informática; en un primer momento, al proyecto le dio el nombre de Venezuela Training Computer Project.
Herman de De Kesel deseaba instalar centros de formación tecnológica para muchachos humildes, de pocos recursos, porque él veía que el internet y la tecnología podían cambiar a la gente, superarse, llegar a tener trabajos formales, bien remunerados, hacer una vida y salir de la pobreza. Más que inclusión social, era la inclusión formal en el trabajo, salir de la informalidad y la marginalidad, para entrar en una carrera que pudiera hacer cambiar a esa persona, o darle un futuro.
A principios de los años noventa, Herman De Kesel había hecho un intento de implantar su proyecto en Maracaibo, pero no tuvo mucha receptividad. Diez años después, contacta a alguna de las personas que habían trabajado con él durante su estancia en Venezuela, específicamente en Caracas.
Uno de los primeros contactos que estableció Herman en el año 2001, fue con un norteamericano, uno de los fundadores de Tablopan de Venezuela, quien le hizo saber sobre los trabajos que estaba realizando Enrique Guinand- que también había trabajado en Tablopan de Venezuela- en el barrio La Morán, ubicado en una zona popular del oeste de Caracas. Herman contactó a Enrique para informarse mejor sobre ese proyecto en La Morán y para sondear la posibilidad de realizar un trabajo en conjunto en dicho barrio.
Enrique Guinand puso en contacto a Herman, con Ana Guinand, quien tenía experiencia en el mundo académico y quien podría orientarlo en la implementación de su proyecto.
De Kesel, comenzó una serie de visitas exploratorias en busca de alternativas de implementación del proyecto, en Caracas: visitó Petare, Fe y Alegría, al Centro Comunal Catia, el Centro al Servicio de la Acción Popular (Cesap), entre otros, finalmente el primer centro de Superatec fue inaugurado en 2002 en los espacios del Parque Social Manuel Aguirre, gracias a una alianza con la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).
La tutoría del padre Luis Ugalde, ex rector de dicha universidad, fue trascendental en el diseño del contenido de los cursos, quien solicitó que se incorporara en el proyecto un programa de formación humana, que impactaría en la esencia de las personas.
Para comienzos de la segunda mitad del año 2002, Herman De Kesel contaba con una población meta; un programa estándar de 240 horas distribuido en seis meses del año, un espacio físico para implementarlos, contaba con patrocinantes, con una junta directiva experimentada en el sector empresarial, el sector tecnológico, y en la academia y con un grupo de profesores y voluntarios responsables, dedicados y dispuestos a ejecutar la prueba piloto que se inició el 15 de julio de 2002.
Una vez realizados los ajustes necesarios en los programas de formación, Superatec fue replicando de forma homogénea un programa de formación en distintas zonas de Caracas, que comprendía un curso de formación en banca para que los jóvenes tuvieran la capacidad de ingresar a este mundo laboral, y en el manejo de software libre, entre otras actividades.
Herman De Kesel; muere en el año 2003, lo que significó una gran dificultad para el desarrollo de Superatec, sin embargo, la junta directiva de la organización, supo enfrentar su ausencia, dando cumplimiento a la tarea asignada y cada año ha logrado fortalecer la suma de personas integradas a la tecnología, la formación humana, el emprendimiento y el empleo.